El proceso del vidrio flotado comienza con una mezcla de materias primas que incluyen ingredientes clave de arena de sílice, ceniza de sosa, piedra caliza y dolomía. Se introduce en un horno una mezcla compuesta por alrededor del 80% de esta mezcla y aproximadamente el 20% de vidrio de desecho (vidrio reutilizado internamente) y se funde a temperaturas extremadamente altas. Tras una mezcla prolongada, se liberan las burbujas y la cinta de vidrio fundido flota sobre un baño de estaño líquido para facilitar eficazmente las superficies planas y paralelas.

El estaño no es químicamente reactivo con el vidrio, y se ajusta al proceso de producción de vidrio desde el punto de vista de su densidad material y su temperatura de fusión. Dentro del baño de estaño, se establece el grosor de la cinta de vidrio.

A lo largo de un horno de recocido, la temperatura del vidrio se reduce gradualmente en proximidad a la de la fábrica, lo que permite cortar el material en hojas de stock industrial y almacenarlo.

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